18 mayo, 2008

Un instante



Existe un punto específico en cualquier lugar, se mueve tibio como un abrazo, revelado a determinada hora para los que muestran atención...

Cientos y miles de almas al unísono regalan plegarias al sol, parecen brillar ya sean lejanas unas de otras o cerca como enjambres. Rara vez pero existe. Este fenómeno se da cuando casi a medio mundo le da por voltear por unos instantes hacia el manto célico o en su defecto la vista recorriendo el lugar más alto visible desde el sitio en que se encuentren. Nada en mente, no sueños incluso la mirada descansa y todo se pierde al exhalar.

Sucede que todos ellos entrelazan un recorrido natural sin darse cuenta que han escrito un canto interno a media vida, una idea colectiva aparentemente salida de nada, descansan un segundo y al siguiente ofrecen tributo a todo aquéllo que les signifique latir, querer o atesorar. Un instante ya "no son ellos" ahora "son todo"

Devenir que retoma alegrías eclipsando incluso al mismo sol pues no existe nada en discrepancia al "todo". Justo aquí se respira emoción tras la huella del camino observado, se baña de ímpetu el ojo abierto, miles de mariposas revolotean colores brillantes, hermosas hormigas juegan y van de prisa mientras cosquillean los dedos de los pies, vivaces abejas aguijonean labios que estallan en púrpuras carcajadas, miles de seres gozan de la sensación más espectacular, bienvenida que cabe en la mano, felicidad por todo lo alto y el mundo hecho de sonrisas transparentes como gigantescas olas diurnas de las que deja libre el mar. Para mí éstos son radiantes despertares. ¡Me siento más viva!

* Foto: El manecer para los pescadores,de Cuellar

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