28 junio, 2009


Ya es tarde y no hay demasiados pendientes, me siento y nada en la tv que me atrape ni el telefono suena o siquiera un sonido que reconozca como el toquido a mi puerta o el ring-ring del telefono, nada, ni asomo espontáneo oportuno de un buen amigo

Cuánto puede agotar el fastidio y la flojera de despegarme de este bendito sillón que no tiene culpa de desparramarse más que yo. Mi paciencia se agota y más que dormir cierro los ojos por inercia

¿Cuánto tiempo llevo en este estado? Limbo momentáneo, este fin de semana que de plano me exigí para desconectarme de todo. Deseándo, que hasta de mí

Lento... lento... profundo suspiro
Ya me encuentro en blanco, mi mente se fue como nube


Nada en frente
Solo se que soy yo
A poco y sin sobresalto en esta neblina escucho una sonrisa, clara y penetrante, no me podría "explicar el porqué" sólo resulta que me da gusto y justo puedo ver un par de puntitos avanzando hacia mi, redondos, crecen, aparecen para centrarse formando un par de ojos que insisten en ser vistos, acepto y los sigo por sus bordes

Cuánto he podido conmoverme, aquéllos son dos mundos, giran, relucen, tienen fuego y agua: ¡vida! Son tus ojos...

Aquí recuerdo claramente, es tu mirada pero no estará ya más perdida en el cuarto de mis recuerdos. Es aquél momento en que nos vimos de frente por primera vez, pensar que no lo creía cierto, pero en verdad ésta imagen la había perdido unos cuantos años

Nuestro encuentro. Yo asomada a esa inocencia vertida en tí, lo intangible que me contaba cada reflejo, momentos de íntima ternura y en el reflejo te encontré a tí
Nunca lo menciné pero resulta que días después entendí cómo de alguna forma al descubrirte nació éste círculo contínuo, extrañamente indispensable como un anhelo emergente: ese reflejo se asomó a mí

Una nueva forma, la tuya y la mía
Aunque hoy, cada cual en su historia individual rige lo que desea ver
Se extraña tu mirada